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domingo, 15 de agosto de 2010

La publicidad y la vejez.

Adiós juventud; no puedo esconder las canas





Lejos del alcance de las innovaciones tecnológicas, de la diversión, de las posibilidades de consumo y de las de créditos financieros; las personas mayores se encuentran en esa delgada línea en la que la publicidad decide para bien o para mal donde inclinarse.
Uno de los ejemplos de la tirana publicidad, que sin disimulos, muestra su necesidad de las cuestiones de liquidez extrema con su lema “Disfruta la vida hoy” que el BBVA Banco Francés lanzó para promocionar sus créditos personales.
“Si no lo hacemos ahora cuando lo vamos hacer”, es el epígrafe de cada corto publicitario, en que un esposo preocupado por el paso del tiempo teme no llegar a tener y cosechar objetos materiales.
Esta campaña, que bien podríamos denominar “Disfruta la vida hoy” lanzo distintos spots en lo que el argumento es siempre el mismo. Incentivar a los jóvenes a consumir todo ya, valiéndose de ridiculizar a las personas mayores.
Quizás el Banco Francés no cuente en su amplia cartera de clientes con personas mayores y por eso aprovecha de sus clientes jóvenes para que actúen sobre las consecuencias de la rapidez extrema. Rapidez que conjugada con el paso del tiempo hace que todo aquello en lo que pensamos sea adquirido ya. No hay que esperar, hay que consumir porque después ya será tarde para aprender, para divertirnos y lógicamente para disfrutar de la vida.
Los efectos que produce esta publicidad son de indignación, maltrato, abuso, discriminación e injusticia.
Lo que nos muestra esta campaña publicitaria en sus distintos spots es que con el paso de los años las personas se alejan cada vez más de conseguir sus deseos.
“Viejos son los trapos” o “El diablo sabe más por diablo. Pero más sabe por viejo”. Serian el slogan para contrarrestar a estas publicidades. Se pueden hacer las cosas, quizás más despacio, pero se hacen. Se aprende quizás a otro ritmo, pero se aprende. Una persona mayor puede trabajar, liderar, luchar, divertirse, pensar, inventar, enamorarse y ayudar.
La campaña en cuestión acreditó unos cuantos meses en el aire –las primeras piezas fueron en 2005- y pasando casi mas de un año se descubrió que es denigrante, grotesca, abusiva, discriminatoria, injusta, burlona, ofensiva y basada en el peor de los prejuicios.
Las piezas cuestionadas son las 8 que, en dos tandas, integraron la campaña: “Jacuzzi”, “Equipo de audio”, “Gimnasio”, “Embotellamiento”, “Parque de diversiones”, “Snorkel”, “Portón” y “Filmadora”. La campaña plantea en tono “humorístico” las dificultades que pueden tener las personas mayores para relacionarse con ciertos avances tecnológicos.
Sabemos que la publicidad como herramienta comercial, no es inocente. El fin es el mismo lograr la mayor venta, pero son justos los medios que se utilizan para lograr este fin. Caemos a cuenta que para la publicidad no interesa límite alguno.
Nos reímos con vos. No de vos.
La publicidad hecha con humor es una de las herramientas más útiles al momento de entrar en el mercado para cualquier marca o producto. Es una buena conjunción, pero, ocurre que, el humor manifestado, seleccionado a una victima de la cual será motivo de burlas y bromas es muy distinto.